Cinco jóvenes hispanas murieron en un viaje rumbo a México. Esta guía cuenta quiénes eran y cómo las recuerdan sus familias y su comunidad en Texas.
Amigas con un mismo origen
El viernes 25 de julio, cinco jóvenes hispanas de Dallas perdieron la vida en un accidente múltiple en la autopista U.S. 281, en el condado Burnet, Texas. Iban en una SUV con rumbo al sur, cerca del Park Road 4, cuando una camioneta RAM 4500 que remolcaba un transporte para ganado invadió su carril y chocó su vehículo, que se volcó e incendió. Ninguna sobrevivió.
Las víctimas fueron identificadas como Thalia Salinas, Brianna Valadez, Ruby Cruz, Desiree Cervantez y Jacqueline Velazco, todas de origen mexicano.
Eran amigas desde la secundaria y habían planeado este viaje como un descanso, como una celebración
Thalia Salinas: la organizadora
Thalia cumplía 23 años ese fin de semana. Era la amiga que hacía los planes, la que mantenía todo en orden. Según su familia, “era callada, pero si te ganabas su confianza, era la más divertida del grupo”. Cuidaba a todos como una hermana mayor, aunque fuera la menor del grupo. El año pasado se convirtió en tía y, según sus seres queridos, fue lo que más disfrutó.
Dicen que trabajaba y ayudaba en casa, siendo el centro silencioso, pero firme, de su familia.
“La que nos ponía en línea”
Brianna Valadez: la futura enfermera
Brianna, o Bri, como le decían, era la chispa del grupo. Tenía una sonrisa cálida, abrazos grandes y esa energía que convierte los días comunes en recuerdos bonitos. Iba a empezar la escuela de enfermería este otoño. Soñaba con cuidar a otros, con servir desde la salud. Sus amigas eran como hermanas. Y sus planes eran enormes. “Era el alma de muchos momentos”, escribió su familia. “Se movía por el mundo como si valiera la pena bailar en él”. Murió con quienes más quería, en un viaje que debía ser de descanso. Su familia aún no encuentra palabras para describir este dolor,
Ruby Cruz: la que siempre estaba
Ruby era hermana, hija, amiga. Leal. Presente. Su familia escribió que están “completamente devastados”, que el accidente les rompió el corazón de una forma imposible de explicar.
La recaudación que abrieron en GoFundMe habla del amor que la rodeaba: “Esta pérdida ha dejado a muchos amigos de luto. Unidos como comunidad, podemos rodear a la familia con el amor y la fortaleza que tanto necesitan”
Desiree Cervantez: la del corazón inmenso
Tenía 23 años. Se había graduado con una licenciatura en Ciencias, estaba orgullosa de su nuevo apartamento y trabajaba en un bufete legal donde todos la querían. Desiree, o Desi, era callada, pero con una sonrisa profunda, sincera. Su familia cuenta que era compasiva con todos: seres queridos, extraños, incluso animales. Caminaba con fe. Su conexión con Dios era una parte central de su vida. “Llenó nuestras vidas con amor, risas, amabilidad y momentos que llevaremos por siempre”
Jacqueline Velazco: la encantadora
Jackie era una mezcla hermosa de fuerza y ternura. Tenía una gracia natural, una forma de estar que alegraba los espacios. Su hermana escribió que no solo era su hermana: “fue mi mejor amiga, crecer con ella fue la mayor bendición de mi vida”. La familia Velazco Ventura abrió una campaña en GoFundMe para despedirla con amor, porque su partida fue tan repentina que no estaban preparados. Agradecen cada oración, cada gesto, cada palabra.
“Jackie fue luz. Y esa luz vive”
Un altar al pie de la carretera
En el lugar del accidente, familias y amigos han dejado un memorial. Una cruz hecha con ramas. Flores. Globos. Tres corazones y dos estrellas con los nombres de las jóvenes.
Ahí, a un lado de la carretera donde todo cambió, las recuerdan como lo que fueron: amigas que eran como hermanas, mujeres jóvenes llenas de sueños, mexicanas de Dallas que se tenían las unas a las otras.
Lo que sabemos del accidente
Según el Departamento de Seguridad Pública de Texas, el accidente ocurrió cuando una RAM 4500 que remolcaba ganado invadió el carril contrario y chocó, primero contra un Chevrolet Malibu, y luego con la SUV donde iban las jóvenes. El vehículo de las chicas volcó e inmediatamente se incendió. Los ocupantes de los otros vehículos sobrevivieron con heridas leves. La investigación sigue abierta.
Las familias han respondido con solidaridad, oración y apoyo. Las cinco víctimas eran de origen mexicano. Sus historias son las de muchas: jóvenes que trabajan, que estudian, que hacen comunidad, que celebran juntas. Hoy, su ausencia deja un vacío inmenso.